El mal torneo pasado y la posibiidad hasta la última fecha de perder la categoría y volver a la Liga “C” generaron un cambio de timón en la conducción técnica y, también, en las políticas de la institución.Después del esfuerzo económico por reforzar el plantel con jugadores de primer nivel, se decidió volver a las fuentes y se comenzó a repatriar a gente de la cantera ranchista. Esa determinación llevó al nuevo entrenador a recurrir a muchos “pibes” del E.N.E.T. 24 y, en el último partido, seis de los ocho jugadores romanos surgieron en el club… allá por el año 1990.
Ya sin la remera roja, única casaca de la historia futbolera mundial que no registra triunfos, con achaques, tobillos inflamados y rodillas que no permiten ni siquiera intentar cuchillas, quien iba a decir que despúes de tantas viviencias y años, Rancho alinearía a Dossena, Domingo, Castro, Ruiz Díaz, Jerez y Bochatay como titulares demostrando que la base que recibieron del Lic. Michalsky fue tan importante que a los 30 años y con una vida pesada sobre sus espaldas, los muchachos van en busca de la estrellita, pero no aquella que les evitarba diciembre sino la que le permita volver a Primera.
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